Las indicaciones sobre algunas lecturas parecen presentar
problemas, en general referidas a la ignorancia sobre cómo es la construcción
de la estructura de un libro. Saber “leer” un libro es decodificar una serie de
signos. Esto se trata de algo más complejos que poder enlazar una letra con
otra. No poder hacerlo es una seria limitación para la cultura particular y a
nivel universitario es una limitación casi igual a no saber leer en la
secundaria. Es por eso que voy a dar una serie de indicaciones de cómo se
interpreta la estructura de un libro.
Cuando establezco que hay que leer para la siguiente clase,
utilizo el título abreviado de la obra, tal como aparece en la portadilla o
anteportada (por ejemplo: Economía y
sociedad o Las reglas del método
sociológico). Se trata de un pretítulo y no del título de la obra completa.
A veces coincide el pretítulo con el título (es el caso de Las reglas del método sociológico) pero en la mayoría de los casos
título es más largo (Economía y sociedad
se titula Economía y sociedad. Esbozo de
sociología comprensiva). El título es el que aparece en la portada y lo
pueden distinguir porque es precedido por el nombre del autor y porque contiene
al final el pie de la imprenta.
Después encontramos que toda obra tiene una división
intelectual, que sirve para distribuir los contenidos. Esta división puede
contener tomos, partes, libros, secciones, capítulos y parágrafos. Es por eso
que los capítulos, por ejemplo, son parte de la lectura, salvo que indique lo
contrario. Entonces si en el texto dice “Capítulo primero: ¿Qué es un hecho
social?”, no hay razón para dudar que es parte de Las reglas del método sociológico.
Además hay una
numeración continua de las páginas, que claramente no es la del conjunto de
fotocopias (esta última aparece en el medio de la hoja). Cuando se indica “págs.
17 a 95”, siempre se hace referencia a la numeración original del libro. Ante
cualquier duda les recomiendo recurrir a la lectura de la bibliografía. Allí
pueden encontrar las páginas que hay que leer de cada obra.
Insisto que el no poder reconocer el orden de un libro -que
implica varios niveles de contenido que jerarquizan la información y que permite
la decodifican del mensaje del autor (algo fundamental para comprenderlo)- les
impide acceder a los niveles significativos necesarios para una exitosa vida
universitaria.