El conocimiento científico sobre los fenómenos sociales es una cuestión que supera lo meramente teórico. La razón de ser de la sociología se desprende de su condición principalmente práctica, ya que permite un mayor control de las coacciones que nosotros ejercemos sobre nosotros mismos. Así, la sociología se asemeja a una disciplina “de combate”, donde los “rivales” son las prenociones propias y ajenas. Para tal combate es necesario manejar las herramientas básicas del arsenal sociológico, lo que puede permitir al alumno lograr un desencantamiento de los fenómenos sociales (objetivo general de la materia), al conocer las formas básicas de análisis metódico de lo social (objetivo específico de la materia).

Eduardo González Peña

Mi foto
Argentina
"El que cree haber entendido cualquier cosa sobre mí, se ha formado de mí una idea que responde a su imagen" Nietzsche.

lunes, 8 de mayo de 2017

Reaccionario vs Iconoclasta

Cómo distinguir un reaccionario de un iconoclasta? En mi experiencia existen tres dimensiones:
• “Más bien”: en general la gran mayoría está de acuerdo que “más bien” es un valor y una idea-fuerza. Ahora, el reaccionario encuentra que ese bien se encuentra en el pasado, al que se debe volver y que se encuentraba impoluto de cualquier condición de conflicto hasta que un evento acabó con ese paraíso. De forma muy diferente, el iconoclasta desprecia el pasado como espacio idealizado, tiene la fuerza para mirar su horror y supone que la probabilidad (y el concepto probabilístico es fundamental) de una mejoría solo se encuentra en el futuro.
• “Mejor vida”: nuevamente es posible encontrar un gran consenso en semejante concepto polisémico. Ahora, el reaccionario entiende que la buena vida es “falta” de conflicto. Esta ausencia supone tanto la “desaparición” de toda fuente que perturbe “su” equilibrio vital, como significar al “otro” como un mero instrumento para lograr su autorreferencial “mejor vida”. El iconoclasta supone una actitud más realista. Para él el conflicto es parte de la condición social y se desprende del estado de las relaciones sociales. Por lo tanto, el iconoclasta desprecia a los seres utópicos y a los cínicos presentan la “mejor vida” como el paraíso perdido en el Génesis.
• “Verdad vs Conocimiento”: El reaccionario sostiene la “verdad”, ese discernimiento último, ahistórico e invariable que mata a la inteligencia. El iconoclasta se asienta en el “conocimiento”, el cual siempre es circunstancial, histórico, mutable y probabilístico. El iconoclasta sospecha que la “verdad” impulsa a rendir la razón, mientras que el “conocimiento” impulsa a la reflexión y al análisis de los sustentos, por lo que es capaz de abrir mundos y de transformarnos en ese proceso.

5 comentarios:

  1. Profesor,mañana martes dará clase normalmente o con la modalidad de clase pública?

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Hola profe, tengo dos dudas, le pregunto por acá porque no sé por donde hacerlo (no lo hice en la clase del viernes porque me acaban de surgir), la primera no termino de entender la relación entre ciencia y religion, y la segunda es que si no mal entendí tanto nievas como simmel tienen problemas para que la sicología sea una ciencia, por parte de simmel me queda claro cuales son sus "problemas" pero por parte de nievas no. Desde ya gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Durkheim marca que ninguna institución social puede reposar sobre el error o la mentira, tiene que existir una relación con lo real. Tras el símbolo hay que encontrar la realidad que se representa por medio de la ciencia. Científicamente ninguna religión es falsa porque todas responden a necesidades para la condición de la existencia humana y es por eso que se han sostenido las religiones en el tiempo. La ciencia no niega la religión porque de hecho existe, es decir, es una realidad y un sistema de datos. La ciencia no puede negar la realidad, nos diría Durkheim; realidad de la cual buscará hacer surgir la verdad científica según las reglas del método científico.
      El problema es captar la realidad bajo el símbolo, las prácticas religiosas son verdaderas en el sen¬tido de que afirmaban y expresaban de manera simbólica o meta¬fórica, verdades sobre las realidades que estaban subyacentes a ellas. La ciencia debe saber reconocer la causa de la religión, es decir, su capacidad para movimilizar a la acción, y su función, es decir, ser un medio por el cual los hombres conviven. En este estado del desarrollo de la ciencia de principios del siglo XX, Durkheim creía que no se podía sustituir a la religión; sin embargo, con el avance de la solidaridad orgánica -ese tipo de solidaridad que surge en las sociedades industriales con una alta división del trabajo- la función especulativa sobre el hombre y el mundo de la religión pierde lugar en frente a la ciencia. De hecho, nos dirá Durkheim, la religión no se conoce a sí misma, es decir, no sabe a las necesidades que responde; estas necesidades sólo pueden ser reveladas por medio de la ciencia. El razonamiento anterior implica que quede vedada cualquier función legislativa de la religión en el funcionamiento de la ciencia.
      El hecho de que la ciencia sea fragmentada, incompleta y que su avance se de con lentitud, implica una incapacidad de ella para crear una teoría sobre la vida, por lo que carece de la capacidad de ser un impulso para la acción. Las teorías que cumplen la función de hacernos vivir, de darnos impulsos para la acción, tienen por obligación de ir por delante de la ciencia. De esta forma estas teorías completan a la ciencia, ya que están en condiciones de responder a las necesidades vitales del hombre por medio de la fe y el culto. Lejos de ser la ciencia la “fuente del mal”, para Durkheim es lo único que disponemos una vez que se inicia el proceso de descomposición de las viejas ideas religiosas. Una vez que las creencias admitidas han sido arrasadas por el curso de los acontecimientos, no se los puede reponer de modo artificialmente. En este estado de cosas solo nos queda la inteligencia como guía para comportarnos en a vida y para fortalecer nuestras conciencias. La ciencia no es la causa del mal moral sino es la posible solución en un período crítico de disolución de las viejas creencias. Para imposición de una nueva moral, que haga de nuestra libertad algo conveniente para los demás, es necesaria la utilización de la ciencia.

      Eliminar
  3. Respuestas
    1. Respecto a Nievas, no tengo idea a qué pregunta haces referencia.

      Eliminar