Hace un tiempo propuse los siguientes principios para leer cualquier
post, comentario, entrada de blog o tweet que quedan por mí
materializados en el flujo del ciberespacio:
• “El diálogo que está
en curso se sustrae a cualquier fijación. Mal hermeneuta el que crea que
puede o debe quedarse con la última palabra.”
• “Lo que se trata
de comprender no es la literalidad de las palabras y su sentido
objetivo, sino la individualidad del hablante o del autor.”
• “El sentido de un texto
supera a su autor no ocasionalmente sino siempre. Por eso la
comprensión no es nunca un comportamiento sólo reproductivo, sino que es
a su vez siempre productivo.”
(H.G. Gademar, "Verdad y método")
Hoy quiero agregar:
• El procedimiento de significación siempre debe ser multipolar, es
decir, debe intentar lograr la intersección entre varios métodos para
proponer articulaciones significativas más ricas.
• Relacionado con
lo anterior, es necesario hacer un esfuerzo por lograr una
problematización múltiple que pueda relacionar varias perspectivas
pertinentes a lo que se quiere significar.
• Es fundamental poner el
acento en las contradicciones, no rechazarlas o neutralizarlas, ya que
son fundamentales en las construcciones intelectuales más
significativas.
• Asumir que la subjetividad del otro nos ilumina
sobre la condición de nuestra propia experiencia ya que nos permite
significar y relativizar experiencias, emociones o representaciones que
no solemos poner en cuestión.
• Tener en cuenta que los procesos
sociales son siempre “actuantes” en nosotros y nuestro sistema de
significaciones y cuanto menos se sospeche de su existencia más es su
fuerza para hacernos conformes y adaptables a los modelos culturales
transmitidos por el grupo social.
(Síntesis de algunas proposiciones de V. de Gaulejac, “La neurosis de clase”)
Espacio pensado para complementar las clases de sociología dictadas en la sede Martínez del CBC (Cátedra Nievas, UBA).
El conocimiento científico sobre los fenómenos sociales es una cuestión que supera lo meramente teórico. La razón de ser de la sociología se desprende de su condición principalmente práctica, ya que permite un mayor control de las coacciones que nosotros ejercemos sobre nosotros mismos. Así, la sociología se asemeja a una disciplina “de combate”, donde los “rivales” son las prenociones propias y ajenas. Para tal combate es necesario manejar las herramientas básicas del arsenal sociológico, lo que puede permitir al alumno lograr un desencantamiento de los fenómenos sociales (objetivo general de la materia), al conocer las formas básicas de análisis metódico de lo social (objetivo específico de la materia).
Eduardo González Peña
- Eduardo
- Argentina
- "El que cree haber entendido cualquier cosa sobre mí, se ha formado de mí una idea que responde a su imagen" Nietzsche.
jueves, 11 de mayo de 2017
lunes, 8 de mayo de 2017
Reaccionario vs Iconoclasta
Cómo distinguir un reaccionario de un iconoclasta? En mi experiencia existen tres dimensiones:
• “Más bien”: en general la gran mayoría está de acuerdo que “más bien” es un valor y una idea-fuerza. Ahora, el reaccionario encuentra que ese bien se encuentra en el pasado, al que se debe volver y que se encuentraba impoluto de cualquier condición de conflicto hasta que un evento acabó con ese paraíso. De forma muy diferente, el iconoclasta desprecia el pasado como espacio idealizado, tiene la fuerza para mirar su horror y supone que la probabilidad (y el concepto probabilístico es fundamental) de una mejoría solo se encuentra en el futuro.
• “Mejor vida”: nuevamente es posible encontrar un gran consenso en semejante concepto polisémico. Ahora, el reaccionario entiende que la buena vida es “falta” de conflicto. Esta ausencia supone tanto la “desaparición” de toda fuente que perturbe “su” equilibrio vital, como significar al “otro” como un mero instrumento para lograr su autorreferencial “mejor vida”. El iconoclasta supone una actitud más realista. Para él el conflicto es parte de la condición social y se desprende del estado de las relaciones sociales. Por lo tanto, el iconoclasta desprecia a los seres utópicos y a los cínicos presentan la “mejor vida” como el paraíso perdido en el Génesis.
• “Verdad vs Conocimiento”: El reaccionario sostiene la “verdad”, ese discernimiento último, ahistórico e invariable que mata a la inteligencia. El iconoclasta se asienta en el “conocimiento”, el cual siempre es circunstancial, histórico, mutable y probabilístico. El iconoclasta sospecha que la “verdad” impulsa a rendir la razón, mientras que el “conocimiento” impulsa a la reflexión y al análisis de los sustentos, por lo que es capaz de abrir mundos y de transformarnos en ese proceso.
• “Más bien”: en general la gran mayoría está de acuerdo que “más bien” es un valor y una idea-fuerza. Ahora, el reaccionario encuentra que ese bien se encuentra en el pasado, al que se debe volver y que se encuentraba impoluto de cualquier condición de conflicto hasta que un evento acabó con ese paraíso. De forma muy diferente, el iconoclasta desprecia el pasado como espacio idealizado, tiene la fuerza para mirar su horror y supone que la probabilidad (y el concepto probabilístico es fundamental) de una mejoría solo se encuentra en el futuro.
• “Mejor vida”: nuevamente es posible encontrar un gran consenso en semejante concepto polisémico. Ahora, el reaccionario entiende que la buena vida es “falta” de conflicto. Esta ausencia supone tanto la “desaparición” de toda fuente que perturbe “su” equilibrio vital, como significar al “otro” como un mero instrumento para lograr su autorreferencial “mejor vida”. El iconoclasta supone una actitud más realista. Para él el conflicto es parte de la condición social y se desprende del estado de las relaciones sociales. Por lo tanto, el iconoclasta desprecia a los seres utópicos y a los cínicos presentan la “mejor vida” como el paraíso perdido en el Génesis.
• “Verdad vs Conocimiento”: El reaccionario sostiene la “verdad”, ese discernimiento último, ahistórico e invariable que mata a la inteligencia. El iconoclasta se asienta en el “conocimiento”, el cual siempre es circunstancial, histórico, mutable y probabilístico. El iconoclasta sospecha que la “verdad” impulsa a rendir la razón, mientras que el “conocimiento” impulsa a la reflexión y al análisis de los sustentos, por lo que es capaz de abrir mundos y de transformarnos en ese proceso.
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