El conocimiento científico sobre los fenómenos sociales es una cuestión que supera lo meramente teórico. La razón de ser de la sociología se desprende de su condición principalmente práctica, ya que permite un mayor control de las coacciones que nosotros ejercemos sobre nosotros mismos. Así, la sociología se asemeja a una disciplina “de combate”, donde los “rivales” son las prenociones propias y ajenas. Para tal combate es necesario manejar las herramientas básicas del arsenal sociológico, lo que puede permitir al alumno lograr un desencantamiento de los fenómenos sociales (objetivo general de la materia), al conocer las formas básicas de análisis metódico de lo social (objetivo específico de la materia).

Eduardo González Peña

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Argentina
"El que cree haber entendido cualquier cosa sobre mí, se ha formado de mí una idea que responde a su imagen" Nietzsche.

sábado, 19 de marzo de 2016

Principios para leer entradas del presente blog

Principios para leer cualquier post, comentario, entrada de blog o tweet que quedan por mí materializados en el flujo del ciberespacio:
• “El diálogo que está en curso se sustrae a cualquier fijación. Mal hermeneuta el que crea que puede o debe quedarse con la última palabra.”
• “Lo que se trata de comprender no es la literalidad de las palabras y su sentido objetivo, sino la individualidad del hablante o del autor.”
• “El sentido de un texto supera a su autor no ocasionalmente sino siempre. Por eso la comprensión no es nunca un comportamiento sólo reproductivo, sino que es a su vez siempre productivo.”
H.G. Gademar, "Verdad y método".

3 comentarios:

  1. Hola profesor, me gustaría saber su opinión sobre algo que me esta inquietando, sucede que considero haber aprendido sobre algún tema pero al momento de tener que explicarlo en palabras no podría hacerlo, o al menos no muy bien, tal vez por escrito me cueste menos. Entonces, la duda que tengo es si realmente aprendí, es decir, si no puedo explicarlo será porque no lo hice?

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    1. Algunos piensan que lo que no se sabe expresar no se sabe. Sobre esa idea se encuentra edificadas los exámenes tradicionales. Ahora ¿a qué se debe ese no “saber”? A veces ocurre que la claridad mental necesaria para explicar cualquier conocimiento sobre estructuras complejas de ideas o lógicas, queda dominada por algún tipo de emoción negativa (ansia, enojo, depresión o miedo). Emociones que normalmente se refuerzan por no contar con rutinas de estudio, crean un círculo vicioso. Eso afecta la concentración y la capacidad de trabajar la información, saboteando la posibilidad de organizar en un discurso oral lo que se estudió, es decir, dificulta poner en acto la capacidad de desentrañar una compleja proposición lógica. En resumen, creo que no se puede pensar y planificar correctamente el discurso en un examen por un problema que, en general, se refiere más a emociones negativas y a la falta de una correcta rutina de estudio, que a cuestiones referidas a la capacidad mental “innata”. Mi consejo es que reveas tus técnicas de estudio y te preguntes si sentís entusiasmo y placer respecto al estudio. Sin esos elementos (placer y entusiasmo por lo que se hace) es difícil ser “absorbido” por el momento, de forma que las capacidades y conocimientos formen un flujo positivo que permita respuestas adecuadas a las exigencias planteadas en un examen.

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  2. Voy a tener muy en cuenta lo que dice, así que gracias por la respuesta.

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